Se pone una cazuelita de barro en la chapa del fuego. Se pone al fuego una sartén pequeña con 3 cucharadas de aceite y 2 dientes de ajo hasta que casi se doren.
Entonces se le pasa un trapo o servilleta a la cazuela de barro para secarle el sudor que se le haya podido formar y daría mal sabor a la angulas.
Se coloca la cazuela al fuego y se vierten en ella el aceite, ajos y algo de guindilla y seguidamente las angulas. Se mueven suavemente con un tenedor de madera y al minuto, se saca de la cazuela todo el aceite posible.
Vuelve a ponerse la cazuela al fuego, se vierte media cucharada de agua, después de un minuto, se sirve en la misma cazuela, que se colocará sobre la cesta de las angulas o sobre un plato, con una ramita de perejil encima.
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