En una fuente se coloca la leche azucarada con canela y en otra fuente el huevo batido. Se pasa el pan primero por la fuente con leche y después por la del huevo (empapándolo bien) y después se fríe en abundante aceite (sin quemarlo), dejando las rebanadas, una vez fritas, en otra fuente.
Se prepara el almíbar con 1 litro de leche, 1 litro de agua, 1 kilo de miel, 2 ramas de canela, 1 frasquito de vainilla, la ralladura de 1 limón y 1 cucharada de canela en polvo. Todos estos ingredientes se ponen a cocer a fuego lento, poco a poco va cambiando de color hasta que se consigue un color transparente, quedando flotando, la canela, la leche y las ralladuras de limón.
En este momento se retira del fuego, se pasa por un colador muy fino y se vierte sobre las rebanadas de pan frito que teníamos preparadas en la fuente, (darles la vuelta a las rebanadas para que cojan el almíbar).
Llevar al frigorífico (se deben comer frías), acompañándolas de una copita de Resolí (se pronuncia resoli, sin acento final, bebida local de café, aguardiente, canela en rama, azúcar, corteza de naranja tostada y otros ingredientes caseros) ó en su defecto a cualquier aguardiente de la sierra (agua bendita) macerado de moras, higos, etc...
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